La reestructuración económica neoliberal (que se inició a partir de la instauración de la dictadura cívico-militar, en 1976) trajo consigo un crecimiento acelerado de la deuda externa del país. En 1982, además, el Estado se hizo cargo de la deuda contraída por los privados, por lo que la deuda pública creció aún más. Para pagarla, se pidieron más créditos a los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Como condición para prestar el dinero, el FMI establecía una serie de políticas y metas que el país tenía que realizar y alcanzar, entre ellas, el ajuste en las políticas sociales para reducir el gasto público.